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viernes, 25 de marzo de 2016

Toshiro Kanamori y la pedagogía para ser feliz y pensar en los demás. Otra educación es posible.

Una escuela, 35 alumnos en clase, 1 profesor, Toshiro Kanamori, y un objetivo: SER FELICES y aprender a pensar en los demás.

¿Aparece esta lección en los programas del Ministerio de Educación que con tanta frecuencia se modifican en España y en otros países?. ¿Aceptaríamos los padres que a nuestros hijos les enseñasen prioritariamente a ser felices en vez de asignaturas académicas útiles de verdad?. ¿Interesa al Sistema nuevas generaciones de ciudadanos con empatía, responsabilidad social y con vidas más plenas que son menos manipulables y consumistas?

Este documental de 50’ titulado “Pensando en los demás” (Children full of life) es una revolución pedagógica y el camino de un mundo mejor.

Merece la pena verlo.

Ha sido premiado en numerosos festivales por la dulzura que transmite en la enseñanza y por el cántico a la vida que representa. En la Escuela Municipal de primaria en Kanawara, una ciudad de 8.000 habitantes en Japón,Toshiro Kanamori ha conseguido unir aprendizaje con diversión, con respeto a la individualidad de cada niño y con gran crecimiento personal de sus alumnos.

Explica que solo tenemos una vida y que debemos vivirla con alegría pero que la felicidad no consiste en buscar únicamente el beneficio individual sino en aprender a pensar en los demás.

¿Cuál es su método de enseñanza?

En el documental he apreciado mucho trabajo al aire libre y en equipo, potenciar la creatividad y principalmente el sistema de “LAS CARTAS DEL CUADERNO” en que 3 alumnos escriben cada día una carta explicando sus vivencias e inquietudes y las leen en alto a sus compañeros.

Lo considero una herramienta muy válida para que esos chicos exterioricen sus sentimientos y no vayan enquistando rencores, para que los demás desarrollen empatía y todos se identifiquen con los problemas.

Cuando han surgido problemas de acoso en la escuela también han reflexionado sobre ello y han conseguido ponerse en la piel de las víctimas. Y cuando el profesor se ha excedido en algún castigo u orden ha existido diálogo entre ellos y ha mostrado flexibilidad y benevolencia. Eso es la base del carisma y la buena autoridad (que no autoritarismo).

Por si alguien cree que este tipo de enseñanzas positivas y enriquecedoras solo son patrimonio de hippies o muy alternativos, les recuerdo que este documental está rodado en Japón, cuna de la disciplina y el control por excelencia y que es posible sanear nuestro sistema educativo siempre y en cualquier lugar y sin ninguna teoría pedagógica sofisticada.


Estas son las palabras del final del documental sobre las que merece la pena reflexionar:


Reír, llorar, aprender.
Ahora los 35 alumnos entienden que los vínculos de amistad se crean pensando en los sentimientos de los demás. Aprender a pensar en los demás les ha enseñado cuál es la clave de la felicidad y a ser felices desde el fondo del corazón.

¡OTRA EDUCACIÓN ES POSIBLE¡
Gracias a todos los Toshiro Kanamori del mundo por demostrarlo cada día con vocación, conciencia y alegría.

Y gracias a Ena por descubrirme a este gran Maestro y a Armando por la tarea de traducirlo al castellano para que se pueda divulgar más.




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